Lindsay Lohan está de vuelta — y no solo como actriz, sino como una mujer que sabe reinventarse. Sí, esa misma rebelde pelirroja de Chicas Pesadas, que alguna vez conquistó Hollywood con sus papeles y escándalos, ahora es mamá, sabia, hermosa e inspiradora. Hace casi dos años se convirtió en madre por primera vez, dando a luz a su hijo Luay.
Lindsay Lohan está de vuelta — y no solo como actriz, sino como una mujer que sabe reinventarse. Sí, esa misma rebelde pelirroja de Chicas Pesadas, que alguna vez conquistó Hollywood con sus papeles y escándalos, ahora es mamá, sabia, hermosa e inspiradora. Hace casi dos años se convirtió en madre por primera vez, dando a luz a su hijo Luay. Hoy no solo lo cría con amor junto a su esposo Bader Shammas, sino que también regresa al cine — y lo hace con elegancia, honestidad y madurez.
Si crees que la vida de las estrellas después de tener un hijo se convierte en un caos y noches sin dormir (que también sucede), Lindsay es la prueba viviente de que se puede combinar la maternidad, el cuidado personal y la carrera profesional. Solo hace falta reencontrarse a una misma. Y ella lo logró.
“Es como si dijera: ‘Él necesita un amigo’”, confiesa Lindsay en una entrevista con la revista Elle, dejando entrever su deseo de ser mamá nuevamente. — “Crecí en una familia grande y quiero que mi hijo también tenga ese apoyo cuando sea mayor”.
¿Sabes qué notamos? Sus ojos brillan. Y su apariencia es más fresca que la de muchas de 25 años. ¿Es magia de Instagram, filtros o ese famoso “retoque estético”? Internet, como siempre, no para de hablar: “¡Se hizo algo en la cara!” dicen unos. “Simplemente se cuida”, responden otros. Lindsay eligió la honestidad y contó todo tal cual es.
Después del parto, su piel se volvió sensible — tanto que tuvo que cambiar toda su rutina de belleza e incluso hacerse pruebas de alergia. ¿El resultado? Nueva rutina de cuidado, piel limpia, brillo en la mirada y un desayuno al estilo de las diosas del bienestar: jugo de zanahoria con jengibre, limón, manzana y ¡hasta aceite de oliva!
“Me encanta la remolacha encurtida y la agrego casi a todo”, ríe ella. También toma mucho té verde, agua con chía, jugo de limón, hace compresas frías, usa sueros, parches para ojos y láseres.
Y todo esto — sin cirugía. Solo amor propio, conciencia y un poco de experimentación en el cuidado.
Pero Lindsay no se quedó solo con sus descubrimientos personales. Ahora está desarrollando su propia línea de cosméticos. ¿Por qué? Porque quiere ofrecer a las mujeres lo que realmente funciona. La actriz dice con sinceridad: “Después de tener a mi hijo, dejé de hacer Morpheus 8 — eso no es para mí. Me di cuenta que necesitaba algo diferente, algo que pueda recomendar sin dudas”.
Y como si eso no fuera suficiente, Lindsay regresa al cine. Y no solo regresa, sino que parece haberse enamorado de su profesión de nuevo. “Cuando llegué al set, sentí una emoción especial. Mi primer casting fue a los 10 años. Ahora tengo 38. Y soy feliz de estar aquí otra vez — con mi esposo, mi hijo, y una vida diferente”.
Esta historia no trata sobre la fama, el dinero ni una segunda juventud. Es la historia de una mujer que creció, se convirtió en madre, aprendió a escucharse a sí misma y ahora brilla desde dentro. Lindsay ya no es la chica de portada — es una Mujer con mayúscula, cuya fuerza está en la honestidad y la dulzura.
Este sitio utiliza cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.