El agua es la base de nuestra existencia. Nuestro cuerpo está compuesto por un 70% de agua, y cada día perdemos entre 2 y 2,5 litros de líquido a través de la orina, la sudoración e incluso la respiración.
El agua es la base de nuestra existencia. Nuestro cuerpo está compuesto por un 70% de agua, y cada día perdemos entre 2 y 2,5 litros de líquido a través de la orina, la sudoración e incluso la respiración. Sin embargo, a menudo no nos damos cuenta de cuánta agua perdemos hasta que aparecen síntomas preocupantes. Para evitar las consecuencias de la deshidratación, es importante estar atentos a las señales de nuestro cuerpo. Así que, vamos a revisar juntos qué señales debemos tener en cuenta para saber si a nuestro cuerpo le falta agua.
El primer signo de deshidratación que suele preocuparnos es la boca seca. Esto no solo es una sensación desagradable, sino también una señal de que la mucosa de la cavidad bucal está perdiendo su función protectora. La boca seca puede aumentar el riesgo de infecciones, por lo que es importante no solo beber más agua, sino también enjuagar la boca si no hay oportunidad de beber.
El color de tu orina es un indicador muy simple y efectivo de la cantidad de agua en tu cuerpo. Si la orina se vuelve oscura, significa que hay falta de agua en el organismo y la concentración de toxinas aumenta. Normalmente, la orina tiene un color amarillo claro. Si notas que la orina se ha oscurecido, es una señal para aumentar el consumo de agua.
La deshidratación puede reducir el volumen de sangre, lo que a su vez empeora el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro. Esto puede causar dolores de cabeza e incluso mareos. Si estos síntomas van acompañados de sensación de debilidad o agotamiento, prueba a beber agua, ya que a menudo esto ayuda a aliviar rápidamente el estado.
Cuando el cuerpo no tiene suficiente agua, esto afecta la circulación sanguínea, reduciendo su eficacia. Como resultado, el cerebro recibe menos oxígeno, lo que provoca fatiga constante, somnolencia y falta de concentración. Esta es otra razón por la que nunca hay demasiada agua: nos da energía para un día activo y productivo.
Cada vez que tu piel empieza a perder humedad, es evidente. La piel seca y los labios agrietados son dos de los principales síntomas de deshidratación. Además, cuando el cuerpo está deshidratado, pierde su elasticidad, y la piel puede volverse más pálida y ligeramente picante. Si notas estos signos, aumenta de inmediato tu consumo de agua.
Probablemente ya te hayas dado cuenta de que las ojeras a veces aparecen sin una razón aparente. Sin embargo, si estás deshidratado, esto puede ser una de las causas. La falta de agua aumenta la viscosidad de la sangre, y los capilares debajo de los ojos se vuelven más visibles. Como resultado, aparecen sombras azuladas o moradas, e incluso las cavidades de los ojos pueden volverse más profundas. El agua puede ayudar a reducir este problema.
El agua juega un papel clave en el funcionamiento normal del sistema digestivo. Cuando falta agua, el intestino comienza a extraer la mayor cantidad posible de líquido de las heces, lo que provoca su endurecimiento y dificultades para la digestión. Como resultado, puede haber estreñimiento e hinchazón abdominal. El agua ayuda a ablandar las heces y estimula los movimientos intestinales, lo que mejora el proceso de digestión.
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