El mejor perfume es el que tú misma quieres volver a oler una y otra vez.
El verano en la ciudad no siempre es como una postal de vacaciones. El asfalto arde, los autobuses parecen saunas, y el ventilador de la oficina es tu héroe diario. En medio de todo esto, solo quieres una cosa: sentirte fresca, ligera y segura. Y un buen perfume puede ayudarte tanto como un vestido cómodo o unas sandalias perfectas.
El calor transforma los aromas. Las notas dulces como la vainilla, el caramelo o el ámbar, que en invierno abrazan, en verano pueden resultar pesadas e incluso sofocantes. Por eso, lo ideal es optar por fragancias ligeras y limpias, que refresquen sin imponerse.
Hermès Un Jardin Sur Le Nil
Como una caminata matutina junto al río. Mango, pomelo, loto y té verde crean un aroma fresco y natural. Elegante, suave y perfecto incluso con 30°C.
Acqua di Gioia de Giorgio Armani
Como un trago de agua fría. La menta, el limón y el jazmín se combinan para ofrecer un perfume fresco, limpio y calmante. Ideal para el trabajo o los días activos en la ciudad.
Chanel Chance Eau Fraîche
La versión más chispeante del clásico Chance. Notas cítricas, florales y un toque amaderado se funden en un aroma sofisticado y ligero. Para quienes quieren oler a verano con estilo.
Menos es más: uno o dos toques son suficientes.
Mejor sobre la ropa, no directamente sobre la piel — así dura más y no se mezcla con el sudor.
Lleva un frasco pequeño en el bolso para retocar por la tarde.
No necesitas oler fuerte para destacar en verano. Basta con que tu aroma te haga sentir fresca, cómoda y feliz — incluso en un bus lleno o en una oficina sin ventanas. El mejor perfume es el que tú misma quieres volver a oler una y otra vez.
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