Las citas son emoción, nuevas sensaciones, mariposas en el estómago y ese pequeño misterio de no saber qué te espera tras una taza de café o una copa de vino.
Las citas son emoción, nuevas sensaciones, mariposas en el estómago y ese pequeño misterio de no saber qué te espera tras una taza de café o una copa de vino. Pero a veces, en lugar de ligereza y romanticismo, llega el cansancio: las preguntas se repiten, las personas son siempre iguales y, en lugar de felicidad, se siente vacío. Si te identificas, quizá sea momento de hacer una pausa.
Cada cita recuerda a la anterior: otra vez un manipulador, otro inmaduro, otra vez “no estoy listo para una relación seria”. Aquí no se trata de culparte, sino de detenerte y pensar: ¿qué tipo de persona quiero realmente a mi lado? Hasta que no respondas a esta pregunta, los nuevos intentos se convertirán en los mismos errores de siempre.
— ¿Qué te gusta hacer?
— ¿Dónde trabajas?
— ¿Y tú, de dónde eres?
Y así sucesivamente. Si cada nueva noche se parece más a una entrevista de recursos humanos que a un coqueteo ligero, es señal de cansancio. Tómate un descanso para volver a disfrutar de este “juego”.
Si antes un cóctel, una sonrisa y un par de cumplidos provocaban química, y ahora como máximo hay una conversación educada, es momento de reflexionar. La falta de interés y de ganas de coquetear es una señal clara: el corazón aún no está listo.
Tus amigas se enfadan porque desapareces, los cuadros quedan sin terminar, los cursos sin comenzar, y una noche “a solas contigo mismo” parece un lujo. Cuando las citas empiezan a reemplazar tus pasiones y tu espacio personal, es hora de decir basta.
¿Acabas de salir de una relación dolorosa? Entonces cada nueva cita es el riesgo de llenar un vacío con la persona equivocada. Es mejor darte tiempo para respirar que lanzarte a nuevas relaciones con el peso de problemas pasados.
El amor no es excusa para posponer tu carrera, tus sueños o tus metas “para después”. Si te das cuenta de que pausas tu vida por la de otros, detente. La verdadera felicidad se construye con un armario lleno de tus propias ambiciones.
Sí, sucede. Pero una pareja no es un apoyo, es un complemento. Mientras la soledad se perciba como un castigo, las citas no traerán alegría. Ámate a ti mismo y tu espacio: entonces el amor llegará con facilidad.
Este sitio utiliza cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.