“Me veo vieja…” — seamos sinceras, ¿quién no se ha dicho eso alguna vez frente al espejo? Ahora imagina esto: tienes 62 años, acabas de perder el Oscar frente a una actriz joven, las redes no hablan de tu actuación, sino de tu edad — y al mismo tiempo estás en la portada de People con el título de “La mujer más bella del mundo – 2025”.
“Me veo vieja…” — seamos sinceras, ¿quién no se ha dicho eso alguna vez frente al espejo? Ahora imagina esto: tienes 62 años, acabas de perder el Oscar frente a una actriz joven, las redes no hablan de tu actuación, sino de tu edad — y al mismo tiempo estás en la portada de People con el título de “La mujer más bella del mundo – 2025”. Sí, hablamos de Demi Moore. Y si aún crees que la edad marca el final, Demi ha llegado para romper ese mito.
Este año fue nominada al Oscar por su papel en The Substance, pero el premio se lo llevó Mikey Madison por Anora. Internet estalló: como si la historia de la película de Moore se repitiera en la vida real — la joven la superó. Empezaron a compadecerla, a comentarla, a descartarla. ¿Y cómo reaccionó ella? De la mejor manera: no lo hizo. “Sentí alivio, pasé el día en la cama y fue maravilloso”, compartió Demi. Primera lección: no toda derrota es un fracaso.
Moore pasó de ser una chica sin formación actoral en Hospital General a convertirse en un ícono de Hollywood. Su fórmula para el éxito es simple y brillante: finge que sabes lo que haces… hasta que realmente lo sepas. Aprendió de sus colegas, se equivocó, volvió — y se hizo leyenda no por diplomas, sino por la valentía de ser ella misma.
Con la edad no se escondió de la cámara, al contrario — se acercó a ella con el rostro descubierto. “Respeto mi cuerpo, incluso cuando cambia. Es parte de mi historia”, dice Demi. Claro, a veces ve en el espejo una “versión cansada” de sí misma. ¿Y qué? El cansancio también es parte de nosotras. Moore confiesa con honestidad: antes se agotaba con entrenamientos, literalmente escapando de sus complejos en bicicleta desde Malibú hasta los estudios. ¿Y ahora? Meditación, sueño, un Red Bull ocasional y… perdón.
El perdón — esa es su nueva superpotencia. Perdonarse a sí misma, a su madre, a sus errores. De joven temía repetir el destino de su madre, que luchó contra el alcoholismo, y trató de ser la madre “perfecta”. Pero con el tiempo entendió: los hijos no aprenden de discursos, sino de ejemplos. Y si una madre no muestra que sabe estar triste o enojada, ¿cómo aprenderán ellos a lidiar con sus propias emociones?
Hablando de familia. A pesar del divorcio, Demi sigue estando al lado de Bruce Willis, a quien le diagnosticaron demencia. Junto a su actual esposa, cuidan de él como un verdadero equipo. Porque, como dice Moore, la familia no es una forma, es amor. Y aunque ella y Bruce ya no sean marido y mujer, siguen siendo padres. Y eso es lo que importa.
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