La edición de noviembre de Vogue eligió a Miley Cyrus como portada —y no es casualidad. De cara al lanzamiento de Vogue World en Los Ángeles, la redacción de la revista quiso destacar el regreso a lo esencial a través de la creatividad. ¿Y quién mejor que Miley para encarnar este espíritu?
La edición de noviembre de Vogue eligió a Miley Cyrus como portada —y no es casualidad. De cara al lanzamiento de Vogue World en Los Ángeles, la redacción de la revista quiso destacar el regreso a lo esencial a través de la creatividad. ¿Y quién mejor que Miley para encarnar este espíritu?
Cantante, actriz e icono de estilo, Miley es a la vez un alma antigua y una mujer moderna, un camaleón musical y emocional. Sabe ser libre hasta el límite y, al mismo tiempo, increíblemente auténtica. Cada uno de sus movimientos, cada mirada y cada canción reflejan honestidad interior y el coraje de ser uno mismo.
La sesión fotográfica de la portada se realizó en el legendario Chateau Marmont, el mítico refugio de Los Ángeles donde coexisten los fantasmas de Hollywood y los soñadores contemporáneos. Fue entre estos muros donde Miley se mostró ante la cámara con su belleza natural, sin adornos ni artificios. Parece invitarnos a descubrir nuevos horizontes —en la música, en la vida y en nosotros mismos.
Esta portada otoñal no es solo una sesión de fotos. Es una filosofía que Miley encarna: volver a lo esencial, a lo auténtico, a aquello que nos hace únicos. En un mundo lleno de glamour y ruido, nos recuerda que la verdadera libertad nace de la autenticidad.
Miley Cyrus es un alma antigua en un mundo moderno, y por eso se convirtió en la heroína perfecta de noviembre. Este otoño es el momento de inspirarse en su valentía, sinceridad y energía única.

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