Selena Gomez se maquilló ella misma para la portada de Allure

En la cocina de un edificio de oficinas en Los Ángeles se encuentra un pastel de dos pisos, cubierto de purpurina como si fuera un artefacto sacado de un cuento de hadas. Adornado con destellos y rodeado de diminutos brillos labiales —alineados como pequeños soldados custodiando el perímetro.

En la cocina de un edificio de oficinas en Los Ángeles se encuentra un pastel de dos pisos, cubierto de purpurina como si fuera un artefacto sacado de un cuento de hadas. Adornado con destellos y rodeado de diminutos brillos labiales —alineados como pequeños soldados custodiando el perímetro. En la cartulina de la base se lee, en mayúsculas: “DO NOT TOUCH”. Pero hay una chica a la que todo le está permitido. Se llama Selena Gomez.

En unas horas será ella quien corte ese pastel durante la fiesta de Rare Beauty con motivo del lanzamiento del Positive Light Luminizing Lip Gloss. Y este acontecimiento no habla solo de maquillaje —es también la historia del camino recorrido por la propia Selena.

La marca existe desde hace casi cinco años, pero solo ahora lanza su primer brillo de labios. En el mundo de la belleza esto suena como un desafío —porque los competidores suelen empezar con lo básico, mientras que Rare Beauty, al contrario, siempre sigue su propio rumbo.

Selena lanzó la marca en 2020, en plena pandemia. Para la portada de Allure incluso se maquilló sola, utilizando por supuesto productos de Rare Beauty. «Estaba muy nerviosa, —confesó entonces. — Pero me sentía orgullosa de representar mi marca y pensaba: “Espero haberlo hecho bien.”»

Y, al parecer, lo logró.

Este brillo se ha convertido en un símbolo: Rare Beauty sabe esperar, y por eso cada una de sus novedades se percibe como un regalo.

Rare Beauty es mucho más que maquillaje. Es la historia de una chica que aprendió a aceptarse, dejó de perseguir estándares ajenos y ahora comparte esa experiencia con millones de mujeres.

Selena Gomez es quien consigue transformar incluso un pastel brillante de purpurina en un símbolo de cambio: de una belleza que nace de la alegría y de una fuerza que habita en la vulnerabilidad.