Estás sentada frente a otro hombre “interesante”, el café se enfría en la taza, por tercera vez cuentas la historia de tu viaje a Barcelona, y en tu cabeza solo hay una pregunta: “¿Por qué me aburro otra vez?”
Estás sentada frente a otro hombre “interesante”, el café se enfría en la taza, por tercera vez cuentas la historia de tu viaje a Barcelona, y en tu cabeza solo hay una pregunta: “¿Por qué me aburro otra vez?”
¿Te suena familiar? Entonces vamos a descubrir qué está pasando. O tal vez, al contrario, todo está bien — simplemente hace tiempo que superaste los cuentos de “amor a primera vista y fuegos artificiales en el tercer minuto de la conversación”.
Un juego en el que tú eres la guionista principal. ¿Cansada de los mismos restaurantes, las conversaciones monótonas y el mismo tiramisú? Sal del molde. Propón una exposición, una charla, un taller de cerámica. Incluso un chico aburrido puede tener la oportunidad de ser interesante — si no por su humor, al menos por el ambiente cultural.
El interés en una cita no siempre depende de la otra persona. A veces todo lo decide el contexto. Y aunque terminen por caminos distintos, te quedará una experiencia agradable — y tal vez un nuevo museo favorito.
Cuando vas a una cita, no esperes que el hombre te haga reír como un comediante de stand-up. Él también puede estar nervioso. Quizás es de esos que no brillan en la primera cita — pero en la segunda te sorprenderá con su sinceridad y profundidad.
No todos los posibles compañeros tienen que ser un espectáculo con fuegos artificiales. A veces el aburrimiento es una máscara de tranquilidad. ¿Y sabes qué es lo más raro y valioso en una relación después de los 30? La estabilidad.
Si la cita parece una fiesta escolar deslucida, pregúntate: “¿Estoy haciendo algo para que sea divertido?”
Puedes ser no solo la oyente, sino también la conductora de ese encuentro. Cuenta un dato inesperado. Pregunta algo poco común. Juega a “una pregunta rara” — y verás cómo la conversación cobra vida.
No, no tienes que hacer un monólogo en solitario. Pero si quieres una chispa — sé el fuego.
La psicoterapeuta estadounidense Esther Perel dice: “Llamamos aburrimiento a lo que en realidad es comodidad.”
¿Estás acostumbrada a las montañas rusas emocionales? ¿A relaciones donde o hay exceso de coqueteo o completo silencio? Entonces un chico tranquilo puede parecerte insípido. Pero la pregunta es: ¿estás acostumbrada a cómo se ve la seguridad emocional?
A veces “no emociona” no es un defecto, sino una virtud. Significa que frente a ti está alguien con quien puedes ser tú misma. Sin máscaras. Sin dramas. Solo… tú. En silencio. Sin ansiedad.
Sí, buscas amor. Pero empieza por la amistad. Es la base sobre la que se construye la verdadera cercanía. Un chico que se queda no porque lleves un vestido nuevo, sino porque se siente bien contigo — es alguien con quien puedes compartir mucho.
Cuando vas a una cita, no pienses si será tu futuro esposo, sino: “¿Podría ser amiga de esta persona?”
A los amigos les perdonamos más. Y a menudo, de la amistad nacen las mejores historias de amor. Sin fuegos artificiales — pero con un calor que no se apaga en una noche.
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