Gwyneth Paltrow vuelve a la portada —y esta vez no es solo actriz, sino un verdadero ícono generacional. Una mujer capaz de ser frágil y fuerte, sensual y estratégicamente fría al mismo tiempo.
Gwyneth Paltrow vuelve a la portada —y esta vez no es solo actriz, sino un verdadero ícono generacional. Una mujer capaz de ser frágil y fuerte, sensual y estratégicamente fría al mismo tiempo. En la edición de abril de 2025 de Vanity Fair, aparece con una imagen renovada: moderna, seductora y profundamente intelectual. Tal y como nos gusta.
El fotógrafo Ned Rogers capturó a Gwyneth luciendo un diseño de Saint Laurent por Anthony Vaccarello —más que un vestido, una declaración de estado de ánimo. Un toque de provocación y un minimalismo al borde del arte. El brazalete de Sabba añade una pizca de audacia joyera. Todo en ella habla de una mujer que domina su vida y su mundo.
El estilista George Cortina reunió un verdadero dream team de la alta costura para esta sesión: Courrèges, Chloé, Valentino, Prada, Balenciaga... Cada cambio de look de Gwyneth representa una nueva emoción, un nuevo papel, una nueva historia. Es a la vez musa sofisticada y empresaria relajada en un bañador de Jade Swim. Sí, Paltrow no tiene una sola versión de sí misma —y eso es precisamente su superpoder.
Detrás del look, trabajó un equipo de ensueño: Chris McMillan (cabello), Jenna Kuchera (maquillaje), Ashlie Johnson (manicura). Cada detalle fue cuidadosamente pensado. Incluso el fondo, creado por Mary Howard, potencia la atmósfera: intimidad, estilo y una ligera estética cinematográfica.
¿Qué hace que Gwyneth sea tan fascinante en 2025? Hace tiempo que dejó de ser solo una estrella. Su marca Goop es todo un ecosistema: del bienestar a la moda, del minimalismo a lo metafísico. Ha creado un espacio donde cada mujer puede ser lo que quiera —y sentirse plena en cada una de esas versiones.
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