Todos queremos tener una piel sana y radiante, pero a veces, sin darnos cuenta, adoptamos hábitos que pueden perjudicar nuestro rostro y apariencia.
Todos queremos tener una piel sana y radiante, pero a veces, sin darnos cuenta, adoptamos hábitos que pueden perjudicar nuestro rostro y apariencia. El cuidado de la piel no se trata solo de usar los productos adecuados y seguir una rutina constante, sino también de entender que incluso los pequeños detalles pueden afectar su estado. Aquí te dejamos 5 hábitos que debes abandonar cuanto antes para lograr una piel saludable y bonita sin demasiado esfuerzo.
Esta regla no es nueva, pero muchas veces, por cansancio, la ignoramos. Después de un día agotador, puede parecer una buena idea ir directamente a la cama, pero descuidar la limpieza nocturna del rostro puede tener consecuencias desastrosas. "La limpieza facial es uno de los pasos más importantes en el cuidado de la piel", señala la dermatóloga Shandy Engellina. Si no eliminas el maquillaje, la suciedad y el sebo, tus poros pueden obstruirse y provocar inflamaciones. Por eso, aunque no tengas energía para mascarillas o exfoliaciones, al menos lava tu rostro con un gel o espuma y aplica tu crema hidratante favorita.
Independientemente de la época del año, la protección solar es fundamental para la piel. La dermatóloga certificada Shereene Idriss afirma: "Todo lo que hagas por tu piel será inútil si no usas protector solar". La exposición a los rayos UV provoca envejecimiento prematuro, manchas y aumenta el riesgo de cáncer de piel. Si además usas ácidos o ingredientes activos en tu rutina, tu piel se vuelve aún más sensible al sol, lo que incrementa las posibilidades de daño. Por eso, el protector solar no es opcional: debe ser un paso obligatorio en tu cuidado diario.
Las brochas y esponjas de maquillaje no solo sirven para lograr un look impecable, sino que también pueden convertirse en un foco de problemas para tu piel. Según la doctora Engellina, si no limpias estos utensilios con regularidad, pueden acumular bacterias y moho, lo que puede causar irritaciones, brotes e incluso infecciones. Dedica al menos 15 minutos una vez a la semana para lavar tus brochas y esponjas con un limpiador suave o champú. Esto ayudará a mantener tu piel limpia y libre de imperfecciones.
Las toallitas desmaquillantes pueden ser prácticas, pero no son la mejor opción para limpiar tu piel. "En lugar de eliminar completamente el maquillaje y la suciedad, solo los esparcen por el rostro, lo que puede obstruir los poros y dañar la barrera cutánea", explica Shereene Idriss. Además, muchas contienen alcohol y fragancias que pueden causar irritación, sequedad y sensibilidad. Es mejor optar por geles o espumas limpiadoras que limpien la piel en profundidad sin dañarla.
El champú en seco es un salvavidas para esos días en los que no tienes tiempo de lavarte el cabello, pero usarlo demasiado puede irritar el cuero cabelludo e incluso provocar la caída del cabello. La tricóloga Lisa Caddy advierte que el champú en seco no reemplaza una limpieza real y su uso excesivo puede provocar una acumulación de residuos en el cuero cabelludo, afectando su salud. Úsalo solo en casos puntuales y trata de mantener una rutina de lavado adecuada.
Deshacerte de estos hábitos perjudiciales es el primer paso para una piel sana y luminosa. Es cierto que el cuidado personal requiere tiempo y esfuerzo, pero en lugar de seguir rutinas complicadas, céntrate en lo esencial. Con unos pocos cambios, lograrás una piel radiante y saludable sin mayores sacrificios.
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