El otoño huele a calabaza. La encontramos en las páginas de blogs de cocina, en acogedoras cafeterías en los populares pumpkin spice latte e incluso en rituales de belleza.
El otoño huele a calabaza. La encontramos en las páginas de blogs de cocina, en acogedoras cafeterías en los populares pumpkin spice latte e incluso en rituales de belleza. Pero detrás de esta estética naranja brillante hay mucho más que una simple tendencia de temporada. La calabaza es un verdadero superalimento, que vale la pena añadir a la dieta no solo por su sabor, sino también por la belleza, la energía y el equilibrio interior.
En los últimos años, el mundo del bienestar y la gastronomía se ha centrado en productos simples y locales. Manzanas, raíces, miel y, por supuesto, la calabaza —todo lo que se encuentra fácilmente en el mercado— forma parte del movimiento de consumo consciente. Mínima transformación, máxima utilidad: ese es el lema de la nueva temporada. La simplicidad está de nuevo de moda, y esto se aplica tanto a la comida como al cuidado personal.
La calabaza es una fuente natural de antioxidantes y vitaminas A, C y E. Ayudan a que la piel se mantenga firme, luminosa y protegida del estrés ambiental. La vitamina A, o betacaroteno, que le da a la calabaza su característico color naranja, favorece la renovación celular y, por lo tanto, el brillo natural de la piel, el cabello y las uñas.
Además de la belleza, la calabaza cuida del equilibrio interior. Magnesio, potasio y triptófano: tres componentes que actúan como antidepresivos naturales. Ayudan a regular el sueño, reducen el estrés y mantienen niveles de energía estables. Por eso, una crema de calabaza no es solo un plato otoñal acogedor, sino también un cuidado de uno mismo desde dentro.
La calabaza se combina perfectamente tanto con ingredientes dulces como salados. Se puede asar con romero y feta, preparar crema de calabaza con leche de coco o añadirla a la avena con canela. Y si se busca confort en casa, el famoso pumpkin spice latte se puede preparar fácilmente en casa, experimentando con leche vegetal y reduciendo un poco el azúcar.
Este sitio utiliza cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.