¿Otra vez se ha quitado los zapatos en la entrada? Qué hacer si te molestan los hábitos de tu pareja

Entras en casa y él... otra vez ha dejado los calcetines en medio de la habitación. Pone la cucharita en el cajón equivocado, respira ruidosamente y pone la serie a todo volumen.

Entras en casa y él... otra vez ha dejado los calcetines en medio de la habitación. Pone la cucharita en el cajón equivocado, respira ruidosamente y pone la serie a todo volumen. Y parece ser un buen hombre, amable, fiel. Pero a veces dan ganas de apretar los puños y preguntar en voz alta: "¿Por qué? ¡¿POR QUÉ lo haces?!"

Felicidades, no estás sola. En algún momento, todas las mujeres se enfrentan al hecho de que los hábitos de su pareja se convierten en una fuente de irritación. Pero no te apresures a dramatizar. No siempre es motivo para terminar la relación; tal vez ha llegado el momento de ver la situación desde otro ángulo.

Acepta lo obvio: no existen personas perfectas

Sí, sí, incluso aquella persona que te trae café a la cama y sabe dónde tienes la mancha en el omóplato. Todos tenemos nuestras "manías" — él ama el chicle ruidoso, y tú quieres organizar el mundo según un horario. A veces, simplemente tienes que respirar hondo y decirte a ti misma: "No es una catástrofe. Simplemente es él."

Usa el humor

En lugar de enfadarte porque pone la taza en el posavasos en lugar de dentro, haz una broma. Compáralo con un profesor distraído, crea una lista divertida de sus "geniales" acciones de la semana. La risa aligera el ambiente, y él, al ver que tomas sus peculiaridades con humor, se volverá más suave y atento.

Hablen, no regañen

Elige el momento adecuado cuando ambos estén tranquilos (preferentemente no después de que haya olvidado cerrar el tubo de crema). Dile lo que sientes, pero sin caer en el "SIEMPRE haces esto" o "NUNCA haces aquello". Por ejemplo: "Cuando llegas a casa con los zapatos puestos, me dan ganas de llorar, acabo de limpiar el piso. Es importante para mí que la casa se mantenga limpia". Créeme, esto suena mucho mejor que: "¡¿Otra vez pasaste como un elefante?!"

Establece límites

Si algún hábito realmente te está destruyendo, dilo de forma clara y tranquila. No aguantes "por amor" — eso también es parte del amor, pero hacia ti misma. Respétate a ti misma, tus límites y tu bienestar emocional.

Los compromisos son un arte

Si su hábito te molesta mucho pero no es crítico, busca un compromiso. ¿Él odia lavar los platos y tú no soportas sacar la basura? ¡Cámbiense las tareas! Las relaciones no son una partida de ajedrez, son una sociedad. Lo importante es no convertir la rutina diaria en un campo de batalla.

Recuerda por qué te enamoraste de él

La próxima vez que deje la taza sobre la alfombra, solo recuerda cómo te cogió la mano cuando te sentías mal. O cómo te trajo chocolate sin decir una palabra después de una pelea con tu madre. Esos momentos son mucho más importantes que cualquier calcetín fuera de lugar.