El tema del consentimiento en el sexo no solo trata de respeto y seguridad, sino también de una oportunidad para hacer que tus relaciones sean más íntimas y emocionantes.
El tema del consentimiento en el sexo no solo trata de respeto y seguridad, sino también de una oportunidad para hacer que tus relaciones sean más íntimas y emocionantes. Por desgracia, incluso en 2024, aún existen grandes lagunas en la educación sexual. Un estudio de Tinder reveló que solo el 38% de la generación Z recibió una formación completa sobre consentimiento, mientras que más de la mitad aprendió sobre este tema a través de redes sociales.
Para eliminar la incomodidad y añadir un toque picante al proceso, recurrimos a una experta en el tema: la directora de porno ético y fundadora de Sssh.com, Angie Rowntree. Ella compartió sus mejores ideas sobre cómo convertir la conversación sobre consentimiento en parte de tu juego íntimo.
Olvídate de la formalidad seca: todo está en el tono. «Con un susurro, con un toque de ronquera, di algo como: “Quiero estar dentro de ti” o “Quiero que estés dentro de mí”. Esto no solo suena seductor, sino que también crea un espacio para que tu pareja responda honestamente: “sí” o “no”. A partir de ahí, todo fluirá de manera natural», aconseja Angie.
Los juegos siempre son divertidos, y en el dormitorio pueden ser increíblemente estimulantes. Prueba diciendo: “Dime qué deseas” y luego hazlo realidad. Esta práctica simple puede transformarse fácilmente en un diálogo cargado de palabras provocativas que rápidamente pasan a la acción.
Angie también sugiere probar juegos de roles de dominación y sumisión. Por ejemplo, pídele a tu pareja que describa dónde y cómo quiere ser tocada. Este tipo de juego no solo garantiza el consentimiento, sino que también revela nuevas facetas de placer.
Introduce un juego infantil en tus travesuras de adultos. Uno de los dos elige un deseo, y el otro intenta adivinarlo utilizando sus manos. “Caliente” y “frío” pueden guiar a tu pareja hacia la zona o acción deseada.
Para hacer el juego aún más interesante, cubre los ojos de tu pareja con una venda suave. Cuando llegue al lugar correcto, un simple “sí” será la señal para avanzar.
Hablar sobre fantasías no solo es una forma de conocerse mejor, sino también una oportunidad para añadir chispa a la relación. ¿Quieres interpretar un escenario del bibliotecario estricto y el cliente ruidoso? ¿O ponerte en la piel de un ladrón atrapado en la casa de un policía?
Antes de empezar, hablen sobre los detalles: lo que está permitido y lo que no. Y no olviden elegir una palabra de seguridad que detenga el juego si alguien se siente incómodo.
Esta adaptación del juego infantil “¿Mamá, puedo?” es perfecta para el dormitorio. Un miembro de la pareja formula preguntas como: “¿Puedo besar tu cuello?”, y el otro puede responder permitiendo o proponiendo una alternativa: “No, pero puedes besar mis hombros”.
Cada acción se negocia por separado, lo que no solo asegura comodidad, sino que también intensifica la intriga y el deseo.
El consentimiento sexual es un arte que puedes convertir en un ritual cautivador. Fomenta la confianza, añade pasión y te ayuda a conectar con tu pareja a un nivel más profundo. Incorpóralo en tu vida íntima, y te sorprenderás de cuánto puede transformar tu relación.
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