Todos hemos oído hablar de la pasión, la química y las chispas en una relación, pero hay un fenómeno del que rara vez se habla, aunque puede decir mucho sobre la calidad de tu vínculo con tu pareja.
Todos hemos oído hablar de la pasión, la química y las chispas en una relación, pero hay un fenómeno del que rara vez se habla, aunque puede decir mucho sobre la calidad de tu vínculo con tu pareja. Se trata del afterglow sexual. Suena intrigante, ¿verdad? Descubramos qué es y por qué vale la pena prestarle atención.
El afterglow sexual (o sexual afterglow) es esa sensación de placer y satisfacción que permanece contigo **después del sexo**. Imagina un calor suave, una ligera sensación de bienestar, relajación interior y ternura que pueden durar hasta 48 horas.
Y no se trata solo de una sensación agradable. Las observaciones científicas muestran que cuanto más dura, mayor es la satisfacción en la relación, no solo en el momento, sino también varios meses después. Sí, ¡la duración del afterglow puede predecir cuán armoniosa será tu relación dentro de 4 a 6 meses!
Los científicos lo relacionan con las hormonas: la **dopamina**, responsable del placer, y la **oxitocina**, hormona del apego, se activan durante el sexo y continúan actuando después. Como resultado, las parejas sienten cercanía, implicación emocional y una conexión real incluso horas después de la intimidad.
Buenas noticias: existen formas de hacer que la sensación de “después” dure más y, por lo tanto, mejorar la calidad de la relación.
1. Iniciativa de ambos miembros de la pareja
Cuando ambos participan con entusiasmo —uno propone, el otro responde activamente— el afterglow sexual dura más. La iniciativa es importante no solo en el momento del sexo, sino también en las horas y días posteriores.
Dato curioso: la duración del afterglow no depende de cuánto valore cada miembro el sexo ni de lo sensible que sea ante un rechazo. Si el afterglow dura hasta dos días, los efectos negativos de un rechazo se perciben como máximo tres días.
2. Caricias antes, durante y después
Beso, abrazos, caricias suaves: todo esto prolonga significativamente el afterglow. Es especialmente importante que, después del sexo, las parejas no se separen inmediatamente, sino que permanezcan cerca mostrando ternura.
Los investigadores consideran que estas caricias posteriores son más importantes que la duración del acto sexual o los preliminares. Un simple “contacto físico y separación” no produce el mismo efecto. La verdadera intimidad y la implicación emocional surgen a través del contacto después del sexo.
El afterglow sexual no es solo una sensación agradable. Es un indicador de la profundidad del vínculo, un verdadero “espejo” de la relación. Si después del sexo queda calor, confianza y ternura, significa que las parejas no solo disfrutan del placer físico, sino que también fortalecen la conexión emocional.
La próxima vez que te preguntes qué es más importante —los preliminares o la duración— recuerda el “afterglow”. A menudo es precisamente él quien más influye en la armonía de la pareja y ayuda a comprender hasta qué punto los miembros se satisfacen mutuamente a un nivel más profundo.

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