¿Intentas seguir una dieta saludable, eliges alimentos nutritivos, pero aún así te sientes cansada y fuera de forma? ¡Puede que la culpa sea de la falta de proteína!
¿Intentas seguir una dieta saludable, eliges alimentos nutritivos, pero aún así te sientes cansada y fuera de forma? ¡Puede que la culpa sea de la falta de proteína! Este macronutriente esencial es responsable de tu energía, músculos fuertes, piel radiante e incluso de tu estado de ánimo. Vamos a descubrir qué señales de alarma envía tu cuerpo cuando te falta proteína en la dieta.
Si cada mañana te cuesta salir de la cama y, al llegar la tarde, te sientes completamente agotada, esto podría estar relacionado con la falta de proteína. La proteína participa en la producción de enzimas y hormonas que regulan los niveles de energía. Si no hay suficiente, el cuerpo comienza a descomponer los músculos para obtener los aminoácidos necesarios. El resultado: debilidad, apatía e incluso el riesgo de anemia.
Solución: añade al menos 30 gramos de proteína en tu desayuno. Un omelette, yogur griego con nueces o una tostada con salmón, ¡y olvidarás la fatiga constante!
Vas al gimnasio, haces ejercicios de fuerza, pero tus músculos no crecen y tu cuerpo no se tonifica más. Lo más probable es que el problema sea que tus músculos no están recibiendo suficiente "material de construcción". La proteína ayuda a que los músculos se recuperen después del esfuerzo y mantengan su tono.
Solución: después de cada entrenamiento, come una merienda rica en proteína: requesón, batido de proteínas o carne magra. Si tienes suficiente proteína, verás cómo tu cuerpo se vuelve más fuerte y definido.
Si tus uñas están comenzando a partirse, tu cabello se cae más de lo normal y tu piel luce seca y opaca, es probable que tu cuerpo carezca de proteína. El colágeno y la queratina, los componentes clave de la belleza, se producen a partir de los aminoácidos contenidos en la proteína.
Solución: incluye en tu dieta alimentos ricos en proteína y grasas saludables: huevos, pescado graso, nueces y legumbres. Además, no olvides beber más agua: ¡una piel hidratada siempre se ve mejor!
¿Comes, pero a la hora ya tienes hambre de nuevo? Esta es una señal preocupante de que te falta proteína en tu dieta. A diferencia de los carbohidratos rápidos, que provocan un aumento repentino del azúcar en la sangre y un igual repentino sentimiento de hambre, la proteína proporciona saciedad a largo plazo y estabiliza el apetito.
Solución: agrega proteína a cada comida. Por ejemplo, en lugar de un panecillo en el desayuno, come requesón con frutas rojas, y para el almuerzo elige pollo o pescado con verduras. Así evitarás los ataques repentinos de hambre y la tentación de "comer algo poco saludable".
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