¿Conoces esa misteriosa atracción hacia los "chicos malos"? Aquellos que aparecen en nuestras vidas de repente, como héroes de película, con un encanto especial, una indudable carisma, pero siempre con un ligero o no tan ligero aire de agresión, egoísmo y total inestabilidad emocional. ¿Y nosotros?
¿Conoces esa misteriosa atracción hacia los "chicos malos"? Aquellos que aparecen en nuestras vidas de repente, como héroes de película, con un encanto especial, una indudable carisma, pero siempre con un ligero o no tan ligero aire de agresión, egoísmo y total inestabilidad emocional. ¿Y nosotros? Nos esforzamos por evitar a los "chicos buenos" y nos dirigimos hacia aquellos que, aparentemente, son capaces de romper nuestro corazón en mil pedazos. Por supuesto, hay algo irresistiblemente atractivo aquí: son impredecibles, son "especiales" y "no como los demás", parece que irradian olas eléctricas de adrenalina, y cada día con ellos está lleno de fuego. Pero seamos sinceros: ¿cuántas veces ese fuego se ha convertido en incendio, y cuántas veces has secado tus lágrimas en la cocina mientras escuchabas a Beyoncé, pensando: "¿Por qué no puedo simplemente enamorarme de un chico normal?" Vamos a analizar por qué es tan difícil salir de este círculo y qué se puede hacer para no tropezar más con la misma piedra.
Comencemos con una verdad que puede sorprenderte: la pasión por los "chicos malos" no es única. No se explica por magia ni porque "tengo un mal gusto". Es simplemente un fenómeno psicológico que tiene una lógica detrás. En primer lugar, el cerebro busca nuevos estímulos. ¿Y qué puede ser más emocionante que tener una relación con alguien que puede ser increíblemente cariñoso y atento en un momento y, al siguiente, desaparecer del radar sin responder mensajes? Este juego de contrastes crea una verdadera adicción a estas relaciones, porque nunca sabemos qué esperar. Y así, corremos detrás de la zanahoria colgada de un hilo. En segundo lugar, a muchos de nosotros nos atrae la idea de que "debemos salvar" a ese chico, ayudarlo, curar sus heridas emocionales. Queremos creer que nuestro amor tendrá un efecto mágico en él y que finalmente se convertirá en un compañero ideal. Pero la verdad es que los abusadores no cambian por nuestras lágrimas, súplicas y esfuerzos. A menudo, ni siquiera ven un problema en su comportamiento: el problema está en nosotros, no en ellos.
Puede parecer que es solo un "chico malo", y un poco de drama en la vida no hace daño, pero la verdad es que las relaciones abusivas rara vez son "un poco". Tienden a destruir la autoestima, la salud mental e incluso la salud física. Poco a poco, comenzarás a pensar que algo está mal contigo, que no eres lo suficientemente buena, y por eso él se comporta de manera tan fría e indiferente. Al final, te acostumbras a que en tu relación haya altibajos: a veces es cariñoso, a veces te rechaza. Empiezas a considerar este comportamiento como normal, y puede parecer que sin él tu vida se volvería "insípida". Pero recordemos que una relación se basa en el apoyo, la comprensión mutua, la confianza en el otro, no en una eterna búsqueda de una felicidad ilusoria.
Así que, amigas, ha llegado el momento de hablar sobre lo que se puede hacer para romper esta adicción a los "chicos malos". Aquí hay algunos consejos probados para salir de este círculo.
Está comprobado por millones de mujeres: los abusadores rara vez cambian. Una persona solo puede cambiar si realmente lo desea. Si te hiere, te humilla o te ignora, no es porque estés haciendo algo mal, sino porque así es él. No justifiques su comportamiento. Deja de buscar excusas para él y acepta que no habrá una transformación mágica de Gastón a príncipe.
Uno de los aspectos clave que nos llevan a los abusadores es la baja autoestima. No creemos que merezcamos amor genuino y aceptamos un sustituto en forma de "química" y "pasión". Concéntrate en ti misma: ¿qué te hace feliz? Encuentra un pasatiempo, aprende a ser autosuficiente, dedícate al autodesarrollo. Sentir tu propio valor te ayudará a comprender que las relaciones con abusadores no son para ti.
Una de las formas más seguras de no enamorarte de un abusador es establecer límites desde el principio y no permitir que sean violados. Si dejas claro desde el inicio lo que es aceptable y lo que no, puedes poner un punto final en cuanto surjan las primeras señales de alarma. Por ejemplo, si él no responde durante varios días o cancela encuentros sin previo aviso, puedes dejar de intentar "atraparlo". No tienes que esperar a que alguien se digne a acordarse de ti.
A menudo, cuando estamos atraídas por abusadores, nuestros seres queridos intentan advertirnos. Las amigas dicen que él no es lo que parece y que tú has cambiado con él. Pero los oídos enamorados son sordos a estas palabras. Escucha: quizás tus amigos realmente ven su comportamiento de manera más objetiva. Permítete escuchar y sacar conclusiones.
Una forma de entender cuán mal te sientes en una relación con un abusador es empezar un diario. Anota tus emociones cada vez que sientas que no estás satisfecha, que te sientes herida o decepcionada. Después de un tiempo, vuelve a leer estas anotaciones y observa con qué frecuencia se repiten. Esto te ayudará a ver la realidad, no las ilusiones con las que a veces tendemos a consolarnos.
Las relaciones saludables no son un cuento de hadas. Hay parejas que viven en armonía, confianza y apoyo. Observa ejemplos de tales parejas, quizás entre tus amigos o en películas. Esto te ayudará a entender que las relaciones pueden ser tranquilas y felices sin drama ni escándalos. Y precisamente esas son las relaciones que realmente mereces.
Muchas chicas temen estar solas y por eso eligen a quienes de alguna manera llenan el vacío. Pero la soledad no es un castigo, sino una oportunidad. La oportunidad de conocerte mejor, de comprender tus deseos y necesidades. No temas pasar tiempo a solas: así entenderás que puedes ser feliz incluso sin un chico, y cuando comprendas que eres feliz y autosuficiente, un hombre digno definitivamente aparecerá.
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