¿Por qué algunas parejas permanecen juntas toda la vida, mientras que otras se separan después de unos años?
¿Por qué algunas parejas permanecen juntas toda la vida, mientras que otras se separan después de unos años? Los científicos tienen diferentes opiniones sobre este tema. Además, la posibilidad de separarse y encontrar la felicidad en una nueva relación no siempre es algo negativo. Dos familias felices son mejores que una infeliz. Sin embargo, para muchos el ideal sigue siendo una relación que dure toda la vida. ¿Qué se necesita para lograrlo?
La revista Psychology Today elaboró una lista de requisitos cuya satisfacción influye en la duración de una relación. En primer lugar, se menciona el cuidado desinteresado por los intereses de la pareja. Puede parecer algo evidente, ya que en teoría se supone que las parejas deben preocuparse por los intereses mutuos. Sin embargo, en la práctica, esto no siempre ocurre.
Por ejemplo, en mi blog, muchos hombres comentan que su esposa no debería ganar más o igual que ellos, porque eso podría destruir la familia: “Dos osos no caben en la misma cueva”. Pero, honestamente, ni siquiera querría vivir en una cueva con un solo oso. La clave es comportarse de manera humana y no como un animal. De esa forma, no habrá necesidad de tolerar, sino que podrán disfrutar juntos de nuevas oportunidades materiales.
Jugar videojuegos a gritos por la noche o llegar borracho a casa no es muestra de cuidado hacia la pareja. Algunos justifican este comportamiento dependiendo de quién es el dueño de la casa. Si la casa es del hombre, según ellos, la mujer debe soportarlo en silencio. Si es de la mujer, entonces él debería obedecer.
En realidad, la regla es otra: las personas que se aman y quieren estar juntas toda la vida cuidan del bienestar mutuo, ya sea emocional, financiero o de salud. El rol del proveedor no otorga derecho a comportarse de manera egoísta.
He visto muchas parejas romperse porque la mujer no sentía que cuidaran de sus intereses y terminaba agotada al asumir toda la carga. Otras veces, se cansaban de atender a un hombre que creía tener derecho a todo por ser el proveedor.
“Hay muchas mujeres, pero madre solo hay una”, “Si no eres tú, será otra”, “Los hombres son polígamos por naturaleza” o “Si no te gusta, la puerta está allí”. Estas son ideas terribles para construir una relación estable.
Si desde el principio consideramos que la pareja es reemplazable, nada bueno puede salir. Y si además se pierde la exclusividad a través de la infidelidad, la relación se debilitará aún más. Aunque algunas personas separan el sexo del amor, esto suele ser la excepción.
Es mejor conservar la exclusividad amorosa. De lo contrario, nos enfrentaremos a sufrimiento y conflictos internos, sintiéndonos divididos entre dos mundos.
La intimidad y el interés mutuo requieren mantenimiento constante. Idealmente, tu pareja debería ser la primera persona con la que compartas tus alegrías y preocupaciones.
El problema surge cuando uno de los dos deja de mostrar interés por las emociones del otro. El psicoterapeuta John Gottman podía predecir, con un 94 % de precisión, si una pareja se divorciaría en los próximos seis años, solo observando su interacción.
Por ejemplo, si un pájaro hermoso pasa volando y la esposa dice: “Mira ese pájaro”, la respuesta del esposo es reveladora. Si él se muestra interesado, la relación está bien. Si no levanta ni la cabeza, probablemente haya problemas graves.
Sin embargo, en muchos espacios online se enseña lo contrario: que escuchar a una mujer es una carga o que los hombres deberían hacer lo opuesto a lo que ellas dicen. Con esta actitud, es difícil mantener una relación saludable.
Muchos tienen dificultades para aceptar a su pareja tal y como es, y no solo las mujeres. También los hombres esperan cambiar a su pareja: que la delgada gane peso, que la que sale de fiesta se convierta en una casera, o que la casera se vuelva más abierta.
Las mujeres, por su parte, a veces esperan que sus parejas se conviertan en “generales” con el tiempo. Si no puedes aceptar a tu pareja tal como es hoy, entonces es mejor no invertir en esa relación.
Estas cuatro claves –cuidado desinteresado, exclusividad, confianza e intimidad, y aceptación– son esenciales para una relación duradera. Quien logre mantener estos principios tendrá una relación feliz y estable.
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