Estamos acostumbrados a pensar que la palabra «dieta» suena como una condena: reglas estrictas, contar calorías sin fin y sentir culpa después de un pedazo de pastel.
Estamos acostumbrados a pensar que la palabra «dieta» suena como una condena: reglas estrictas, contar calorías sin fin y sentir culpa después de un pedazo de pastel. Pero en Japón existe un enfoque completamente distinto: Shokuiku. No es una dieta ni una moda pasajera, sino una verdadera filosofía alimentaria, enseñada en las escuelas y que ayuda a los japoneses a mantenerse entre las personas más sanas y longevas del mundo.
Shokuiku (食育) se traduce como «educación alimentaria». Pero en esencia, es un estilo de vida. Enseña a disfrutar de la comida, a estar agradecido por los alimentos, a respetar el cuerpo y a compartir las comidas con los seres queridos. No se trata de prohibiciones ni restricciones estrictas, sino de un método suave y muy eficaz para establecer una relación saludable con tu plato.
Aquí están los 4 principios del Shokuiku:
Olvida los cálculos y las aplicaciones de comida. Los japoneses enseñan a comer con conciencia: despacio, sin dispositivos ni televisión, prestando atención al apetito. Comer por aburrimiento o estrés no es Shokuiku.
Alimentos principales: verduras y frutas de temporada, pescado fresco, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas. Mínimo azúcar, conservantes y grasas trans. No se trata de «superalimentos» carísimos, sino de comida simple y genuina.
El bento japonés es el mejor ejemplo: pequeñas porciones de distintos platos, preparados de diferentes maneras. Cocción al vapor, guisos, parrilla, verduras frescas. Así, la comida nunca aburre y aporta el máximo beneficio.
Para los japoneses, la comida es un ritual social. Cenar juntos reduce el estrés, mejora el ánimo e incluso ayuda a vivir más tiempo.
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