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Qué le pasa a la piel si se deja el botox: mitos, hechos y consejos de profesionales

El botox se ha convertido desde hace tiempo en sinónimo de piel cuidada y lisa. Se utiliza para prevenir arrugas, suavizar las primeras líneas y aportar un ligero efecto glow.

El botox se ha convertido desde hace tiempo en sinónimo de piel cuidada y lisa. Se utiliza para prevenir arrugas, suavizar las primeras líneas y aportar un ligero efecto glow. Pero incluso quienes son usuarias habituales de estos tratamientos se preguntan siempre lo mismo: ¿qué pasa si se hace una pausa? ¿Volverán las arrugas? ¿Perderá el rostro tonicidad? ¿Cambiará su forma?

Por qué hacer una pausa

Los motivos son variados: embarazo, lactancia, problemas de salud o simplemente el deseo de “tomarse un descanso” tras varios años de inyecciones. Según la cirujana y experta en medicina estética Olga Ludwig, en la mayoría de los casos se trata de una decisión personal más que de una necesidad médica.

Mito nº 1: las arrugas volverán más profundas

El miedo más común es que las arrugas se acentúen tras dejar las inyecciones. En realidad, es un falso mito. Los músculos, tras años de relajación, permanecen más débiles, por lo que los pliegues suelen ser menos visibles que en quienes nunca han usado botox. Estudios del Journal of the American Academy of Dermatology confirman que incluso varios meses después de la pausa, las arrugas siguen siendo menos visibles.

Mito nº 2: el botox crea adicción

Otro mito frecuente es que el botox provoca dependencia. Esto es falso: la toxina botulínica no afecta al sistema nervioso central, no provoca síndrome de abstinencia y no genera dependencia fisiológica. La única “costumbre” posible es psicológica: la tendencia a buscar la perfección frente al espejo.

Cuanto antes se empieza, más suave es el efecto

Quienes comienzan con botox a edad temprana tienen más posibilidades de prevenir arrugas profundas de expresión. Pero incluso si se empieza más tarde y luego se hace una pausa, la piel seguirá luciendo mejor que sin inyecciones: una especie de “inversión a futuro”.

Duración del efecto

El botox no solo actúa sobre las arrugas: también reduce la actividad de las glándulas sebáceas, haciendo que la piel sea menos grasa. El efecto se mantiene incluso tras la pausa, ya que menos tensión mecánica significa menos pliegues profundos.

Dónde la pausa se nota más

Depende de la zona: en la frente y entre las cejas el resultado desaparece más rápido, porque la mímica es más activa. En la zona de los ojos, las llamadas “patas de gallo” vuelven más suavemente, a menudo añadiendo encanto al rostro.

Lo importante: técnica y dosis

La naturalidad ante todo. Si los procedimientos se realizaron de forma personalizada y con la dosis adecuada, el rostro tras dejar el botox vuelve gradualmente a su expresión natural, sin cambios bruscos.

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