Este pastel es una joya: muy fácil de hacer y con un sabor digno de una pastelería francesa.
La temporada de fresas es el mejor momento para preparar dulces suaves en casa. Este pastel es una joya: muy fácil de hacer y con un sabor digno de una pastelería francesa. Perfecto para acompañar té, café o como postre para invitados.
350 g de fresas frescas
2 huevos
200 g de azúcar
60 g de aceite vegetal (de sabor neutro)
150 g de yogur o kéfir
250 g de harina
8 g de levadura en polvo
Ralladura de un limón (opcional – o vainilla)
Lavar, limpiar y secar las fresas. Cortar las más grandes por la mitad.
Batir los huevos con el azúcar hasta que estén espumosos.
Añadir el aceite y el yogur, mezclar bien.
Mezclar la harina con la levadura y tamizar sobre la mezcla líquida. Agregar la ralladura de limón.
Forrar un molde con papel de hornear. Colocar las fresas en el fondo.
Verter la masa sobre las fresas.
Hornear a 180 °C durante unos 40 minutos, hasta que esté dorado.
Deja enfriar un poco, espolvorea con azúcar glas o decora con una hoja de menta. ¡Disfruta de cada bocado suave y afrutado!
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