Cuando estamos enfermos, nuestro cuerpo trabaja a pleno rendimiento para combatir virus y bacterias. El sistema inmunológico necesita apoyo, y la alimentación juega un papel clave. Sin embargo, hay alimentos que durante un resfriado pueden hacer más daño que bien. Aquí tienes 14 cosas de las que conviene prescindir para recuperarte más rápido.
Cuando estamos enfermos, nuestro cuerpo trabaja a pleno rendimiento para combatir virus y bacterias. El sistema inmunológico necesita apoyo, y la alimentación juega un papel clave. Sin embargo, hay alimentos que durante un resfriado pueden hacer más daño que bien. Aquí tienes 14 cosas de las que conviene prescindir para recuperarte más rápido.
Sí, el aguacate es un superalimento saludable, pero durante la enfermedad sobrecarga el estómago y contiene histamina, lo que puede aumentar la tos.
Los dulces provocan inflamación y debilitan la producción de glóbulos blancos. Como resultado, el resfriado puede durar más y ser más intenso.
Los alimentos fritos son difíciles de digerir, aumentan la carga sobre el estómago y provocan inflamación —exactamente lo que tu cuerpo intenta evitar.
La cafeína deshidrata y reduce la eficacia del sistema inmunológico. Mejor opta por infusiones de hierbas o agua caliente con limón y miel.
La carne procesada con alto contenido de sal extrae líquidos de las células y empeora los síntomas de la enfermedad.
Las bebidas gaseosas con azúcar solo aumentan la inflamación y debilitan la respuesta inmunológica. Mejor elige zumos, compotas o té con miel.
El alto contenido de sodio y gluten los hace difíciles de digerir y favorece la deshidratación.
Calamares, mejillones y gambas contienen histamina, que puede agravar la congestión nasal y el malestar durante el resfriado.
Cualquier alcohol deshidrata y empeora los síntomas de la enfermedad. El vino caliente con cítricos puede parecer tentador, pero es mejor evitarlo.
Los carbohidratos refinados no aportan fibra para las células inmunológicas y contienen azúcar, lo que ralentiza la recuperación.
La digestión de la carne roja produce sustancias que debilitan el sistema inmunológico y aumentan la inflamación.
Aunque son beneficiosos, son difíciles de digerir y contienen histamina. Conviene evitarlos especialmente los primeros días de enfermedad o en caso de problemas digestivos.
El kimchi, el chucrut y otros alimentos fermentados pueden provocar dolor de cabeza debido a la tiramina que contienen.
La textura dura e irregular de las verduras puede irritar la garganta y dificultar la deglución. Durante la enfermedad, es mejor consumir sopas, verduras al vapor o al horno.

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